Logotipos de coches

By Eladar El Oscuro

Con el paso del tiempo se fueron adaptando a los nuevos diseños hasta convertirse, hoy en día, en una imagen que refleja la identidad, la historia y las características del fabricante automovilístico y sus vehículos. De ahí la precisión que muestran en los detalles y la perdurabilidad de muchos de ellos a lo largo de los años, con el fin de crear una imagen de marca que venda y que identifique al usuario. El logotipo identifica el coche y éste identifica el status social de su poseedor, de ahí que su simbolismo alcance más allá de los habituales productos automovilísticos, llegando hasta cualquier artículo de marketing que lance la empresa.

Un ejemplo de esta simbiosis de la que hablamos está en Rolls Royce. La prestigiosa firma automovilística decidió cambiar el color rojo del fondo de su escudo por el negro, debido a que se identificaba mejor con la elegancia de sus automóviles.

Fuerza animal

El equiparar las característic?as de un coche con las de un animal no es algo nuevo. Quien mejor refleja dicha comparación es la marca británica Jaguar, que quiso verse reflejado en el aspecto felino de este animal, cuyas cualidades, equiparadas a los automóviles, nos conducen a pensar en características como la deportividad, la velocidad y la potencia.

En el fondo, el espíritu de la francesa Peugeot es el mismo, aunque su origen se debe a que en su nacimiento la empresa estaba dedicada a la producción de hojas de sierra. Adoptaron al león porque reflejaba tres características de este elemento: la flexibilidad, la velocidad del corte y la resistencia de los dientes.

También son muy recurridas entre los fabricantes las cualidades del caballo. Los mejores ejemplos son dos férreos competidores, Porsche y Ferrari, si bien este último le da más vitalidad a su ‘caballino rampante’, precisamente por la posición de su equino. Porsche, en cambio, utiliza este animal como escudo de la ciudad de Stuttgart, donde tiene su sede y no ha reformado el logotipo desde que lo creó en 1949.

Históricos

La historia de las marcas también se puede leer en su logotipo. Es el caso de BMW, que recuerda con una hélice (con el fondo azul significando el cielo) su origen como empresa de aviación, o el de Alfa Romeo, un escudo heráldico en homenaje a su ciudad, Milán y a sus fundadores, la familia Visconti, a través de una serpiente que devora a un hombre. Incluso, la firma italiana incluyó durante años una corona de laurel en homenaje a su primer Campeonato del Mundo en 1923.

Diseño geométrico

Con una apariencia más moderna, semejante al arte de reciente creación, nacieron los escudos de otras marcas. Uno de los más identificados es el rombo de Renault, que se estableció en 1925 después de que sus coches lucieran varios emblemas. Primero, la inscripción “Renault Hermanos Billancourt”, más tarde un coche enmarcado en una rueda dentada e, incluso, un logo redondo que rápidamente fue sustituido por el rombo. Con él, la firma francesa estabilizó su identidad, a pesar de que este símbolo ha ido sufriendo ciertos retoques hasta que en 1992 adquiere la apariencia actual de tres dimensiones.

También ha ido adoptando formas modernas, dentro de su escasa evolución, el óvalo de Ford. Ha sido en su tipografía donde más retoques han sido necesarios para adaptarlo a una imagen moderna, aligerando el tamaño de las letras y dejando más peso específico al óvalo. En este grupo geométrico también se encuentran Mitsubishi y sus tres diamantes, la estrella de Mercedes, los cuatro anillos de Audi (como unión de las cuatro empresas iniciales que formaron la marca alemana) o el ‘doble chevron’ (dos ‘V’ invertidas) de Citroën, que reflejan la patente de los engranajes helicoidales que la empresa poseía y que le permitieron crecer como fabricante.

Como su nombre indica

“Qué mejor manera de identificar mis coches que con el nombre”, debieron pensar otros. Así, la española Seat, por ejemplo, inició sus pasos con el nombre como distintivo en sus vehículos, perdiendo letras para quedarse en la solitaria ‘S’ que podemos apreciar en sus nuevos automóviles. Parecido es el caso de Fiat, una de las últimas en retocar su logotipo. Sus cuatro letras permanecen, pero ha incorporado un círculo azul para enmarcar el nombre propio.

Quienes más claros en este sentido se han mostrado han sido los japoneses. La misma Mitsubishi debe su escudo a su nombre (en nipón, ‘mitsu’ es tres y ‘bishi’, diamante), mientras Subaru (traducido como constelación de estrellas) también expresa en su logotipo lo que significa sus nombre.

Mitología

Automóviles de leyenda, mitológicos, inalcanzables, del más allá … Eso es en lo que se debieron basar algunos fabricantes cuando cerca de los años 20 florecieron estos motivos. Maserati se inspira en el tridente de Neptuno y Saab utiliza una cabeza ‘grifo’, animal mitológico, combinado con un cuerpo de león y cabeza de águila. El más representativo quizás sea Pegaso, que recibe el nombre y la insignia de esta figura mitológica debido a su fundador, Walter Ricart, quien tras sus malas relaciones con Ferrari, quiso simbolizar las cualidades del caballo, pero en un grado superior al de la marca italiana.

La tierra, el mar y el aire La estrella de Mercedes-Benz es el más claro ejemplo de la identificación con el producto. Junto a otras como Coca-Cola, se ha convertido en uno de los logotipos más reconocidos en el mundo. Su origen está en una estrella que Daimler, uno de sus fundadores, inscribió en una tarjeta postal que mandó a su mujer. “Esta estrella se levantará algún día sobre mi fábrica”, escribió. Una estrella de tres puntas a la que posteriormente, una vez fusionado con Benz, le dio el significado de las tres posibilidades de utilización de sus motores; tierra, agua y aire. Con la llegada de Benz, el emblema adquiere la corona de laurel, aunque posteriormente se va estilizando hasta la forma actual. Más que ninguna otra, esta insignia marca las diferencias y el status del conductor.

 

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